Iglesia de la Divina Pastora
La Iglesia de la Divina Pastora de las Almas se encuentra situada en el
barrio del mismo nombre en la zona occidental de la ciudad de San
Fernando, muy cerca del Castillo de San Romualdo y del inicio de la
calle Real, germen del ordenamiento urbanístico de época moderna. La
primigenia capilla fue construida en el último tercio del s. XVIII,
siendo objeto de una profunda remodelación un siglo después ante el
ruinoso estado que presentaba y la pretensión de su demolición por parte
de las autoridades municipales durante el cantonalismo. La nueva
edificación fue bendecida en 1878, erigiéndose como iglesia auxiliar
diocesana en 1880. Hasta 1944 formó parte de la feligresía de la Iglesia
Mayor, de la cual se desgajó a partir de esa fecha debido al incremento
poblacional que estaba experimentando la ciudad. Sin embargo, no fue
hasta 1954 cuando se nombró al primer párroco, el recordado Padre D.
José Arenas Gil.
Arquitectónicamente la iglesia de La Pastora se caracteriza por tener una planta rectangular de una sola nave central, con bóveda de medio cañón corrida, teniendo la techumbre exterior a dos aguas y campanario. Este hecho favorece la composición de un frontón en el remate de la fachada principal, la cual presenta una puerta adintelada sobre la que se sitúa otro frontón, ahora más pequeño y semicircular. Entre ambos frontones, un óculo circular y una cornisa. La puerta queda flanqueada por cuatro pilastras, dos a cada lado dispuestas sobre un zócalo moldurado. El lateral que da a la plaza mantiene el zócalo, así como las pilastras en este caso en número de siete. Entre la pilastra dos y tres se abrió a principios de la década de los ochenta una puerta de mayores dimensiones a la principal. Los lienzos de pared exterior entre pilastras presentan en su parte superior ventanales, habiéndose instalado en las últimas décadas diversos retablos cerámicos, entre los que destaca los dedicados a nuestros tres titulares, obras todos ellos del ceramista D. Antonio Linares.
El templo presenta coro sobre el zaguán de la entrada principal y sacristía, al fondo tras el altar mayor, con una techumbre más baja que el resto de la iglesia con bóveda de crucería. En el lateral que da hacia levante se han adosado en las últimas décadas diversas dependencias parroquiales, alrededor de un patio.
De los retablos originales, tras las reformas acaecidas en la década de los sesenta del siglo pasado, sólo se conserva el del altar principal, que está elevado con respecto al suelo del resto del templo. Es de madera policromado imitando al mármol veteado. Sobre un podium se dispone en el centro el Sagrario y a continuación el camarín con la imagen de la Divina Pastora Coronada. A cada lado, dos columnas de orden jónico. Tras una sucesión de cornisas, el ático del retablo aparece rematado por sendos pináculos en los laterales y un frontón semicircular partido bajo el que actualmente se dispone un calvario rematado por un sol que acoge la mirada de Dios. Este altar está flanqueado por dos pinturas datadas en el s. XIX y de autor desconocido que corresponde con la Asunción de María en el lateral del evangelio y con la Coronación de María en el de la epístola. Bajo el cuadro de la Asunción de María se dispone el crucificado de talla académico denominado del Buen Viaje o "de Molinello", por haber estado presidiendo décadas atrás la capilla que esta familia posee a la entrada de la iglesia.
Los actuales altares de nuestros amantísimos titulares fueron realizados en la primera década del s. XXI rememorando los originales. Están realizados en madera policromada en blanco e imitación de mármol verde veteado.
Altares
La imagen sagrada de Ntro. Señor Jesucristo en la Sagrada Oración en el Huerto está expuesta a veneración pública en el primer retablo que existe desde el altar mayor en el lateral de la epístola. Este se bendijo en el año 2007 y es obra de Antonio Luque Márquez.
Está basado en los altares
laterales originales que tuvo la iglesia y que desaparecieron tras las reformas
llevadas a cabo en el templo en los años sesenta del pasado siglo XX. Es
similar en sus formas al de María Santísima de Gracia y Esperanza Coronada, elaborado
un año antes. Está confeccionado en madera policromada en tonos verdes para las
imitaciones marmóreas y en tono marfil para los paramentos. De igual modo, el
conjunto se han visto enriquecido con la aplicación de pan de oro en molduras y
elementos ornamentales.
En cuanto a su morfología, el altar se puede dividir en varias partes, un primer cuerpo inferior con forma rectangular, subdividido por un círculo central y dos cuarterones rodeados de moldura. Encima de este aparece una pequeña capilla central y los paralelepípedos que sirven de base a las columnas. A continuación estaría el cuerpo principal, que lo forma la hornacina que cobija la imagen de Ntro. Señor Jesucristo en el Huerto. Dicha hornacina está estructurada con rectángulos de imitación marmórea en tonos rojos terminados en bóveda. Escoltan, a ambos lados, dos columnas cuyos capiteles se encuentran ornamentados con hojas de acanto. El ático se remata a modo de un friso con arco rebajado cortado, finalizando el conjunto una gloria, en forma de sol, con un cáliz que simboliza el momento de la pasión vivida por el Señor en Getsemaní.
La imagen sagrada de María Santísima de Gracia y Esperanza Coronada está expuesta a veneración pública en el primer retablo que existe desde el altar mayor en el lateral del evangelio, el cual fue bendecido en el año 2005, siendo obra de Antonio Luque Márquez.
Está basado en los altares laterales originales que tuvo la iglesia y que desaparecieron tras las reformas llevadas a cabo en el templo en los años sesenta del pasado s. XX, siendo similar Es similar en sus formas al de Ntro. Señor Jesucristo en el Huerto.
En cuanto a su morfología, podemos dividirlo en varias partes. Comenzando por la parte inferior, el frontal queda estructurado con una forma rectangular quedando subdividido por un círculo central y dos cuarterones rodeados de moldura. Sobre este frontal descansa una tapa de mármol de color rosáceo. A continuación destacamos un primer cuerpo que consta de una pequeña capilla central y los paralelepípedos que sirven de base a las columnas. El cuerpo principal lo forma la hornacina que cobija la imagen de la Virgen quedando estructurado por una serie de rectángulos de imitación marmórea en tonos rojizos terminados en bóveda. Flanquean, a ambos lados, dos columnas de orden dórico. El ático se resuelve a modo de un friso con arco rebajado cortado, rematando todo el conjunto una gloria, en forma de sol, con un ancla que simboliza la esperanza. El material que se utilizó principalmente para su construcción fue la madera, la cual, una vez terminada de carpintería, hubo de ser tratada según las distintas técnicas de terminación. Así pues, se enriquecieron con pan de oro algunas molduras y elementos. La pintura, elemento principal del acabado, se realizó a modo de imitaciones marmóreas de color verde. Asimismo, al resto de paramentos se les aplicó un color marfil, recordando el primitivo y tonos rojizos para la hornacina.